Uno de los puntos negros de Palma para el abandono de vehículos se encuentra frente al polideportivo municipal Germans Escalas, entre los barrios de Es Rafal y el polígono de Son Güells. Se trata de un improvisado cementerio de coches abandonados en la vía urbana, con decenas de turismos y furgonetas que se acumulan a uno y otro lado de la carretera, desguazados y desmantelados y que permanecen allí por tiempo indefinido hasta su retirada por la grúa del Ayuntamiento de Palma.
A los pocos días, son reemplazados por otros sin que la Policía Local haya puesto coto a esta práctica, que en realidad le sale gratis al infractor. En la mayor parte de los casos, sus titulares son personas insolventes que no tienen recursos para hacer frente a la sanción de 1.500 euros con la que se penaliza el abandono de vehículos en la vía pública. Ahora el consistorio que lidera el socialista José Hila quiere duplicar el importe de la sanción hasta los 3.000 euros, el máximo que permite la ordenanza fiscal.